Tras un magnífico mes de noviembre para la mayoría de los índices bursátiles, diciembre comenzaba con impulso alcista y con el rally de fin de año como as bajo la manga para continuar con las subidas. Así, las bolsas mundiales en su conjunto crecieron un 4,9% apoyadas principalmente en el sector industrial (+5,9%) y en la subida del financiero (+4,3%) y salud (+3,1%). En términos geográficos, los índices norteamericanos se llevaron la palma, con el Russell 2000 a la cabeza tras cosechar un 12,2% de rentabilidad en el mes, seguido del Nasdaq 100 (+5,6%) y el S&P 500 (+4,5%). Por su parte, las bolsas del viejo continente también crecieron, aunque de forma más modesta: el Eurostoxx 50 se anotó un 3,2%, mientras que el CAC 40 francés (+3,3%), el DAX alemán (+3,3%) o el FTSE 100 británico (+3,9%) le superaron en cifras. El mercado nacional, sin embargo, se quedó algo rezagado (IBEX 35: +0,7%) tras el golpe recibido por el sector bancario español en la segunda mitad del mes.
En el continente asiático, el Nikkei se mantuvo plano, salvado por la revalorización del yen japonés frente al euro (+3,6%). Por su parte, el Hang Seng chino, sí avanzó un tímido 0,2%. Para terminar con la renta variable, destacar la subida de unos de los índices emergentes de referencia, como es el Bovespa brasileño, que supo subirse a la ola de las ganancias (+5,4%).
En cuanto a la renta fija, las yields de las emisiones de referencia, el T-Bond estadounidense y el Bund alemán cayeron, alzando así su precio. A cierre de mes, el T-Bond se situaba en el 3,88%, mientras que el Bund en 2,02%. En territorio español, el bono a 10 años terminó el año entre las dos referencias globales con una TIR del 2,98%, mientras que las Letras del Tesoro cerró en el 3,18%.
En cuanto a la macro, vemos dos escenarios muy distintos a los dos lados del charco. Estados Unidos continúa creciendo, con la tasa de desempleo estabilizada en el 3,7%, aunque como punto negativo registró un repunte en la inflación, que llegó al 3,4% en diciembre desde el 3,1% de noviembre. Este repunte de inflación unido a la robustez económica americana podría dar alas a la Fed para mantener los tipos de interés elevados durante más tiempo, retrasando así las bajadas que parte del mercado descontaba para el primer semestre de 2024. Por otra parte, en Europa se vive una situación muy diferente. La Zona Euro da muestras de debilitamiento económico, con el PIB cayendo durante dos trimestres seguidos (cerca de entrar en recesión), y la inflación repuntando en diciembre (2,9% frente al 2,4% de noviembre).
¿Qué esperamos para 2024?
A medida que nos adentramos en 2024, el mercado ha comenzado a adoptar una narrativa que destaca las perspectivas de un aterrizaje suave, impulsado por una combinación de actividad económica sólida y una inflación en declive. Sin embargo, nuestra visión es un tanto más cautelosa.
Si bien es cierto que las economías occidentales pueden ser menos sensibles a las fluctuaciones de las tasas de interés en comparación con épocas anteriores, creemos que aún persisten los «largos y variables rezagos» en la transmisión de la política monetaria, lo que podría explicar en parte la resiliencia económica que hemos presenciado hasta ahora.
No consideramos que sea el momento adecuado para que los bancos centrales declaren una victoria completa sobre la inflación. A pesar de las señales positivas, anticipamos que los recortes de tasas de interés en 2024 no serán suficientes para anticipar posibles debilidades económicas.
En consecuencia, es plausible que las tasas de interés caigan en un momento posterior al que actualmente anticipa el mercado, y podrían incluso experimentar una disminución mayor de lo previamente proyectado. Esta perspectiva resalta la importancia de que los inversores consideren dos enfoques clave en su estrategia:
En primer lugar, es fundamental que los inversores busquen activos de alta calidad, aquellos con la capacidad de mantener resultados sólidos en entornos económicos más volátiles. Estos activos son esenciales para resguardar el valor de la inversión en momentos de incertidumbre. Tres opciones para obtener esta exposición son el Metavalor Global, Metavalor Internacional y Metavalor Dividendo.
El Metavalor Global, ofrece una perspectiva flexible y diversificada, con exposición a Renta Variable (Objetivo 75%) tasas de interés y crédito (objetivo 25%). Por otro lado, el Metavalor Dividendo se enfoca en empresas de alta calidad y con un historial de dividendos sólidos.
En segundo lugar, es recomendable que los inversores consideren activos de larga duración que puedan beneficiarse de valoraciones más altas en un entorno de tasas de interés en descenso. El Metavalor Internacional se presenta como una opción atractiva en este sentido, ya que se va a centrar en empresas de calidad y está gradualmente aumentando su exposición a activos de larga duración, lo que lo posiciona favorablemente para aprovechar las oportunidades en este entorno cambiante del mercado.
En el ámbito de las acciones, la posible presión sobre los márgenes nos lleva a recomendar un enfoque en la calidad y los ingresos como parte de una estrategia de inversión prudente en el actual panorama económico y de mercado.
Para concluir, deseamos expresar nuestro sincero agradecimiento por la confianza que han depositado en nuestra entidad para gestionar sus inversiones. Esperamos que tengan un próspero año 2024 y estamos emocionados por la oportunidad de seguir trabajando juntos para lograr los mejores retornos de sus inversiones.
Les informamos que, en los próximos meses, estaremos realizando mejoras orientadas a potenciar los resultados y reforzar nuestro compromiso con nuestros partícipes. Pronto compartiremos más detalles sobre estos cambios que tienen como objetivo brindarles un servicio excepcional.
Nuevamente, gracias por su confianza y estamos ansiosos por lo que el futuro nos depara en nuestra colaboración. ¡Feliz año 2024!
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